Las compañías al finalizar el año, buscan prever para su cierre contable dígitos esperados al inicio del ejercicio, considerando que el ámbito económico ha estado afecto a una serie de eventos de incertidumbre y políticas en el ámbito comercial e industrial, que volvían voluble el contexto de rendimiento de las empresas. El atraso en los pagos de los clientes ha crecido alrededor del 10% con respecto a años pasados. Las menores ventas también han llevado a niveles de inventarios mayores a los previstos. Es por ello, que se estará estimando menores ingresos, mayores gastos de cobranza dudosa (por atrasos en las cuentas por cobrar) y la desvalorización de los inventarios. Para compensar estas menores ventas las compañías han tomado acciones ajustando sus costos y aumentando sus eficiencias, tal es que por parte de los costos de producción, se evalúa en su mayoría los costos ineficientes como gastos de personal que no son esenciales.

Algunas compañías han recurrido a la reducción de personal, costos de electricidad , combustibles, y en gastos administrativos siendo no prescindibles de servicios de asesorías no vitales. Al obtener menos utilidad este año se estaría pagando menos Impuesto a la Renta, revisando la tasa efectiva del impuesto a la Renta, tratando de ver que gastos resultan deducibles de tal manera que no paguen más del impuesto que corresponde.  

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