El mundo en el que vivimos está en constante cambio y las organizaciones necesitan estar al ritmo de estos para no quedar obsoletas en el tiempo. Algunas, se enfocan en rediseñar sus procesos o proponer nuevas estructuras organizacionales, otras, en el valor de servicio que ofrecen o hasta incluso en transformarse y migrar a nuevos sectores.

Esto genera que los colaboradores se encuentren en el epicentro de estos movimientos, se vean afectados por la incertidumbre y muy posiblemente impacten de manera negativa en los resultados organizacionales si es que no existe una clara dirección y comunicación sobre el destino inmediato, el motivo y los beneficios de apostar por nuevas formas de trabajo. Muchas organizaciones han pasado por diagnósticos y proyectos de consultoría que en menos de dos años han perdido gran parte de las mejoras implementadas y no han podido rentabilizar sus inversiones. Para evitarlo, los líderes formales e informales son los llamados a unirse y aplicar metodologías de gestión del cambio que permitan avanzar de manera segura y oportuna.

Existen metodologías como la de Lewin y sus tres fases del cambio o los 8 pasos de Kotter en las cuales nos podemos apoyar para fortalecer y hacer viables nuestros esfuerzos e inversiones.

Recomendaciones:

  • Genere expectativa sobre los cambios.
  • Empatía: recuerde que no para todos es tan fácil moverse de un punto A al B de la misma forma y con la misma actitud.
  • Inspire a través de tus comunicaciones.
  • Comparta el liderazgo. Involucre cada vez a mas personas y busque seguidores. Identifique los liderazgos negativos y haga algo al respecto.