Por Jean Stephens, CEO de RSM International

En el 2000, un destacado experto en ciencias del comportamiento, Daniel Goleman, describió los seis estilos clave de liderazgo: autocrático, paternalista, democrático, laissez-faire, transaccional y transformacional, cada uno con sus propios méritos e inconvenientes. Sin embargo, la reciente pandemia mundial ha alterado irrevocablemente el panorama empresarial, ya que las prácticas y rutinas laborales tradicionales se han visto obligadas a adaptarse a las necesidades de una fuerza laboral cada vez más remota.

Estos cambios han sido más fáciles para algunos y han presentado nuevos desafíos para otros. En el nivel de los altos directivos (C-suite), ha sido fundamental que los líderes continúen aprovechando el potencial dentro de su fuerza laboral para garantizar que el crecimiento y la innovación no se queden en el camino.

Como tal, se ha vuelto cada vez más claro que nuestra nueva normalidad requiere un séptimo estilo de liderazgo más colaborativo en primer plano. A través de esto, los líderes empresariales del mercado medio pueden continuar impulsando el crecimiento al capacitar a otros para nutrir y experimentar colectivamente nuevas ideas en sus negocios.

En una encuesta realizada por RSM International a principios de este año, se registró que 48% de las nuevas ideas dentro de las empresas europeas nunca fueron exploradas por la alta dirección y 37% afirmó que la resistencia de la alta dirección es la mayor barrera al cambio. Pero no se debe temer al cambio, es una oportunidad para desbloquear nuevas oportunidades y desafiar las normas.

Como líder empresarial del mercado medio, dejar el control a veces puede parecer la tarea más difícil de todas, especialmente en momentos como estos, en los que un movimiento equivocado puede significar un desastre.

Pero la microgestión puede sofocar la creatividad y disminuir el potencial, sobre todo en momentos en los que estamos experimentando una rápida evolución. Además de que puede evitar que los pensadores brillantes experimenten, proporcionar una falsa sensación de seguridad y hacer que las organizaciones sean inflexibles.

Continuarán surgiendo nuevos desafíos a medida que el confinamiento se aminore y es responsabilidad de los líderes colaborativos empoderar a quienes están dentro de sus negocios para encontrar soluciones integrales e innovadoras a estos nuevos problemas. Al trabajar juntos y proporcionar a los equipos el apoyo y las herramientas necesarias, los líderes pueden enfrentar situaciones desafiantes de frente, en lugar de simplemente dirigir desde arriba.

Demostrar colaboración también es una forma poderosa de motivar a los empleados en tiempos difíciles. Empresas de todo el mundo se han visto muy afectadas por la crisis de COVID-19 y algunas han tenido que introducir licencias no remuneradas, recortar salarios o despedir personal. Pedir a los empleados que hagan estos sacrificios mientras continúan cumpliendo sus funciones requiere confianza en el liderazgo, transparencia en el proceso de toma de decisiones y apoyo donde se necesita. En la práctica, esto puede tomar muchas formas diferentes: reuniones virtuales semanales donde se anima a los equipos a ser abiertos sobre los desafíos que enfrentan, ofrecer tecnología adicional y equipos de oficina a aquellos que no tienen áreas de trabajo dedicadas en casa, entre muchas otras.

Las encuestas internas pueden actuar como un barómetro del estado de ánimo de una organización y mostrar a la alta dirección cómo ayudar a sus empleados a hacer la transición a la nueva normalidad con un poco más de facilidad.

Los boletines internos semanales también pueden proporcionar otra conexión entre el personal en cada rincón de un negocio en expansión, desde el back office hasta el apoyo a los trabajadores de primera línea, demostrando que todos forman parte de un solo equipo que se dirige hacia los mismos objetivos.

Como líder puedo asegurar que demostrar comprensión y empatía nunca ha sido más crucial. La videoconferencia nos ha dado una ventana a los hogares y las vidas de colegas que normalmente no hubiéramos visto fuera de la oficina. Los trabajadores de todos los niveles han asumido la responsabilidad del bienestar emocional de compañeros aislados. Todo lo que se necesita es un poco de compasión y empatía para escuchar esos problemas, brindar apoyo y ayudar a encontrar una solución.

La difusión de este espíritu en una empresa fomentará una comunidad en la que nadie se sienta solo o abandonado frente a la presión o el estrés, ya sea en lo personal o en lo profesional.

2020 será visto como un punto de inflexión no sólo para las empresas, sino también para la sociedad en su conjunto. Muchas empresas del mercado medio ya han demostrado su capacidad de adaptarse rápidamente para enfrentar nuevos desafíos y situaciones, pero el cambio no tiene por qué detenerse allí.

Las nuevas circunstancias brindan nuevas oportunidades para escuchar, aprender, innovar y garantizar que su empresa y su fuerza laboral puedan seguir prosperando. No podemos predecir cuánto tiempo continuará esta situación, pero -a medida que nos adaptamos- una fuerza laboral empoderada bajo un liderazgo colaborativo tiene el mayor potencial para emerger más resiliente e innovadora que antes, para prosperar y no solo sobrevivir.


ORIGINAL

https://www.rsm.global/insights/rsm-global-blog/demonstrating-value-collaborative-leadership-during-crises