Navegando por los riesgos de salud, seguridad y regulatorios de la micromovilidad
Se deben abordar los desafíos regulatorios y de seguridad para la integración de la micromovilidad.
Navegando por los riesgos de salud, seguridad y regulatorios de la micromovilidad
La creación de una estrategia de micromovilidad puede generar nuevas oportunidades para la automoción.
Navegando por los riesgos de salud, seguridad y regulatorios de la micromovilidad
La creación de una estrategia de micromovilidad puede generar nuevas oportunidades para la automoción.

Por: Cem Adiyaman, Industry Leader, Automotive en RSM Países Bajos



En este artículo, Cem Adiyaman de RSM Países Bajos, analiza de manera global los desafíos de seguridad y regulación, los avances tecnológicos y la integración de la micromovilidad en los ecosistemas de transporte. Desde examinar el papel de los gobiernos en su crecimiento hasta analizar cómo las empresas automotrices adaptan sus estrategias, Cem considera el potencial transformador de la micromovilidad en la reconfiguración de los paisajes de movilidad urbana, navegando por las complejidades y las futuras posibilidades de soluciones de transporte sostenible y eficiente para todos.

¿Cuáles son los problemas de seguridad y regulación en torno a la micromovilidad?

La micromovilidad presenta un conjunto de desafíos de seguridad y regulación que deben abordarse para garantizar su integración sostenible en la movilidad urbana. Las preocupaciones de seguridad incluyen la vulnerabilidad de los nuevos usuarios, que pueden encontrar intimidante navegar junto a vehículos más grandes, especialmente en superficies irregulares.

Los conductores inexpertos corren un riesgo elevado, exacerbado por comportamientos de manejo inapropiados como ignorar las leyes de tránsito, conducir bajo la influencia de sustancias o no usar cascos, lo que aumenta significativamente los riesgos de accidentes. Además, el estacionamiento no regulado de dispositivos puede obstruir las aceras, representando peligros para los peatones.

Desde el punto de vista regulatorio, el sector de la micromovilidad se enfrenta a inconsistencias entre jurisdicciones, como reglas divergentes sobre límites de velocidad, zonas de conducción y estacionamiento, lo que crea confusión y obstaculiza la adopción. La infraestructura, diseñada principalmente para vehículos motorizados, a menudo no satisface adecuadamente las necesidades de la micromovilidad, lo que destaca la necesidad de crear nuevas vías y carriles dedicados para acomodar estos vehículos de manera segura. Además, el sector enfrenta incertidumbres en torno al seguro y la responsabilidad en accidentes, subrayando la necesidad de regulaciones claras para mitigar la vacilación del usuario y fomentar un uso responsable.

Abordar estos desafíos requiere un esfuerzo concertado de los responsables de políticas, urbanistas y proveedores de micromovilidad para establecer un marco regulatorio coherente, invertir en infraestructura adecuada y promover prácticas de manejo seguras entre los usuarios. Esto garantizará el papel de la micromovilidad como un componente seguro, eficiente e integrado de los sistemas de transporte urbano.

¿Qué roles desempeñarán la tecnología, la energía y la autonomía en el futuro de la micromovilidad?

Los avances tecnológicos como la propulsión eléctrica y las características autónomas están revolucionando el panorama de la micromovilidad, ofreciendo importantes beneficios ambientales, operativos y de seguridad. La electrificación, impulsada por avances en tecnología de baterías, está mejorando el alcance y reduciendo los tiempos de carga de dispositivos como patinetas eléctricas (scooters) y bicicletas eléctricas, aumentando así su conveniencia y confiabilidad para el uso diario. Este cambio hacia la energía eléctrica mejora la eficiencia operativa y desempeña un papel crucial en la reducción de la contaminación urbana y las emisiones de gases de efecto invernadero, alineándose con objetivos más amplios de sostenibilidad ambiental. Además, la integración de sistemas autónomos e inteligentes, incluidas capacidades de navegación automática y sistemas avanzados de asistencia al conductor (SAAD, por sus siglas en inglés), está destinada a elevar los estándares de seguridad al prevenir accidentes y garantizar una navegación más segura en espacios urbanos.

En paralelo, el advenimiento de la conectividad y la integración del Internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés) está transformando las experiencias de los usuarios y la gestión de flotas, permitiendo el seguimiento en tiempo real, diagnósticos e interacciones fluidas entre usuarios y servicios. Este ecosistema tecnológico apoya el desarrollo de plataformas de movilidad compartida, fomentando aún más la adopción de opciones de transporte sostenible y facilitando una integración fluida de la micromovilidad con otras formas de transporte urbano. Además, un enfoque en el diseño y la fabricación sostenibles, que enfatiza el uso de materiales respetuosos con el medio ambiente y la producción energéticamente eficiente, minimiza el impacto ambiental de estos dispositivos. A medida que las ciudades adaptan su infraestructura para acomodar la micromovilidad, incluidos carriles dedicados e integraciones inteligentes de ciudades, estamos presenciando un cambio transformador hacia una movilidad urbana más segura, accesible y sostenible, prometiendo un futuro donde la micromovilidad juegue un papel fundamental en la reconfiguración de nuestros paisajes urbanos.

¿Es posible la micromovilidad y los ecosistemas de transporte?

Varias ciudades a nivel mundial han integrado con éxito la micromovilidad en sus ecosistemas de transporte, mostrando soluciones innovadoras a los desafíos de movilidad urbana. En la Ciudad de Nueva York, la Autoridad de Transporte Metropolitano (MTA, por sus siglas en inglés) aborda el problema de the last mile mediante programas piloto que integran bicicletas y bicicletas eléctricas con el transporte público, proporcionando estacionamiento designado cerca de las estaciones de tránsito y considerando opciones de almacenamiento de bicicletas en autobuses. Londres aborda la congestión del tráfico y tiene como objetivo reducir el uso de automóviles a través de Transport for London (TfL, por sus siglas en inglés), que ha incorporado scooters eléctricos sin anclaje en la red de transporte público al establecer zonas designadas cerca de las estaciones.

El enfoque de Singapur para promover el transporte sostenible y reducir el uso de automóviles privados implica la colaboración de la Autoridad de Transporte Terrestre (LTA) con operadores de micromovilidad para garantizar una integración fluida del servicio, incluidas zonas de estacionamiento designadas e incorporación de opciones de micromovilidad en las aplicaciones de transporte público para seguimiento en tiempo real. Ámsterdam, conocida por su cultura ciclista, ha integrado de manera fluida una extensa infraestructura ciclista con el transporte público. Esto incluye ciclopistas, amplias instalaciones de estacionamiento para bicicletas y el sistema público de alquiler de bicicletas, OV-fiets, que se puede combinar con el transporte público a través de una sola OV-chipkaart (tarjeta inteñligente sin contacto de los Países Bajos para todo el transporte público), mejorando el modelo de transporte sostenible de la ciudad. Estos ejemplos destacan las diversas estrategias que emplean las ciudades para incorporar soluciones de micromovilidad, mejorando la movilidad urbana y la sostenibilidad.

El papel de los gobiernos y los organismos reguladores en fomentar el crecimiento de la micromovilidad

Los gobiernos y los organismos reguladores desempeñan un papel fundamental en el fomento del sector de la micromovilidad, equilibrando los objetivos duales de crecimiento y seguridad. Al crear y hacer cumplir regulaciones, aseguran que las soluciones de micromovilidad se integren de manera segura en los sistemas de movilidad urbana, abordando preocupaciones como la gestión del tráfico, los estándares de vehículos y el comportamiento del usuario. Este marco regulatorio es esencial para mantener la seguridad pública e infundir confianza en estos nuevos modos de transporte.

Además, estas autoridades son instrumentales en el desarrollo de la infraestructura necesaria para respaldar la micromovilidad, como carriles dedicados, zonas de estacionamiento y estaciones de carga, que son cruciales para el uso práctico y seguro de los dispositivos de micromovilidad. Más allá de la infraestructura, los incentivos políticos y las campañas de concientización pública pueden fomentar la adopción, destacando los beneficios de la micromovilidad para reducir la congestión y la contaminación, así como mejorar la habitabilidad urbana.

La tendencia hacia la adopción de la micromovilidad no se limita a las principales capitales; ciudades más pequeñas, como Liubliana en Eslovenia, también están invirtiendo activamente en infraestructura ciclista e iniciativas amigables para peatones, demostrando un compromiso generalizado con la movilidad urbana sostenible en toda Europa. Este enfoque integral de los gobiernos y los organismos reguladores fomenta un entorno propicio para el crecimiento de la micromovilidad, asegurando que sea una opción segura, accesible y viable para el transporte urbano.

¿Cómo adaptan las empresas automotrices y los fabricantes originales de equipos sus estrategias comerciales para la micromovilidad?

Las empresas automotrices y los fabricantes originales de equipos se están adaptando estratégicamente a la ola de micromovilidad, reconociendo su potencial como complemento y como alternativa a la propiedad tradicional de automóviles. Inspiradas en conceptos innovadores como el Motocompo de Honda de la década de 1980, que ha sido reimaginado como un scooter eléctrico para las necesidades modernas de movilidad urbana, estas empresas están explorando formas de integrar soluciones de micromovilidad en sus ofertas. Este cambio refleja las preferencias cambiantes de los consumidores y un movimiento más amplio de la sociedad hacia un transporte urbano sostenible y flexible.

Los fabricantes con divisiones de motocicletas o scooters existentes, como Honda y BMW, están particularmente bien posicionados para aprovechar su experiencia e infraestructura para desarrollar soluciones de movilidad integradas. Estos esfuerzos pueden impactar significativamente en los entornos urbanos al reducir la congestión, disminuir las emisiones y proporcionar opciones convenientes de conectividad de última milla. Al incorporar soluciones de micromovilidad, las empresas automotrices no solo están expandiendo sus carteras de productos, sino también alineándose con las tendencias contemporáneas de movilidad urbana, indicando un cambio transformador en el enfoque de la industria automotriz para satisfacer las diversas necesidades de transporte de los consumidores modernos.

Conclusión

La micromovilidad está revolucionando silenciosamente los viajes urbanos, desafiando los paradigmas de transporte tradicionales con su sorprendente combinación de sostenibilidad, innovación tecnológica y diversas opciones de vehículos.

A medida que las ciudades se vuelven cada vez más congestionadas, el héroe inesperado emerge en forma de patines y bicicletas eléctricos, abriéndose paso a través del desarrollo urbano con un impacto ambiental mínimo. Los gobiernos y los gigantes automotrices están tomando nota mientras se orientan hacia estas soluciones compactas y respetuosas con el medio ambiente que prometen un futuro más verde y accesible. Este cambio sísmico hacia la micromovilidad, a menudo subestimado, está remodelando nuestras calles y redefiniendo nuestro enfoque de la vida y la movilidad urbana, lo que hace que sea un momento emocionante para el transporte urbano.


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