2022 estuvo plagado de importantes elecciones en muchos de los mercados más grandes de América Latina, que sacudieron con incertidumbre el panorama que ya de por sí era turbulento. Ahora que el polvo se está asentando, 2023 espera los efectos de la nueva legislación que afectará a las empresas y a las personas en toda América Latina y más allá.

En muchos sentidos, 2023 podría considerarse un "año de asentamiento" tras las elecciones, con la gente que espera ver cuáles serán repercusiones que dejó 2022 en el futuro de la inversión.

Mientras la incertidumbre flota en el aire, la región se encamina hacia una nueva oleada de elecciones que podrían marcar el ritmo de los próximos años: Argentina celebrará elecciones presidenciales en octubre de 2023; los votantes mexicanos también elegirán a su próximo presidente el año que viene por estas fechas, sin mencionar el impacto que puedan tener en América Latina las elecciones presidenciales de Estados Unidos, en noviembre de 2024. Este nuevo capítulo para la región promete muchos retos y oportunidades, y ambos pueden aprovecharse para lograr un crecimiento con valor añadido en un entorno empresarial impredecible que exige confianza, adaptabilidad y resistencia. Y los latinoamericanos están más que preparados para dar un paso al frente.

Un camino emocionante

La región ansiaba mayor inversión extranjera, y ahora que las empresas exploran América Latina como un nuevo centro de fabricación alternativo que podría hacer frente a Asia, parece que sus plegarias pronto serán escuchadas. El reciente anuncio de la construcción de una nueva "mega fábrica" de Tesla en México, con una inversión total de 10,000 millones de dólares y 10,000 trabajadores, es tan sólo un ejemplo. El gigante de la electrónica Quanta Computer, que promete invertir 1,000 millones de dólares y crear 2,500 puestos de trabajo -también en México-, es otro.

El entusiasmo llega cuando el nearshoring y el friendshoring se convierten en las nuevas palabras de moda para mitigar los riesgos de las cadenas de suministro, y la región es entusiasta con las perspectivas. Colegas míos han escrito recientemente dos artículos sobre las maquiladoras y sobre cómo ir más allá de estas. En ellos detallan las oportunidades de inversión que tendrá la región en el sector manufacturero. Además de la manufactura, estamos viendo crecimiento en otros sectores, como la agricultura, los productos de consumo, la energía renovable y la minería, por mencionar algunos, los cuales están impulsando la inversión extranjera, la actividad económica y el crecimiento, lo cual, en parte, vimos reflejado en el crecimiento del 26% de los ingresos de RSM Latinoamérica durante el año pasado y en nuestra posición número seis en el ranking de firmas de servicios profesionales de la región. Específicamente, los servicios de Consultoría Tributaria crecieron 37%, lo que habla de las necesidades de las empresas que buscan ayuda para navegar las nuevas reformas tributarias y aprovechar los nuevos incentivos.

Observando en qué otros de nuestros servicios vemos crecimiento, la Tercerización de Procesos de Negocios (BPO) es quizás la más emocionante para nosotros, ya que presenta numerosas oportunidades de crecimiento. Para RSM Latinoamérica, los servicios de BPO han experimentado un crecimiento de dos dígitos cada año, durante los últimos tres años. Si bien la región ofrece muchas ventajas a los inversionistas extranjeros, el marco regulatorio aún puede ser desafiante de manejar para las nuevas compañías, y estos inversionistas necesitan de expertos locales que los ayuden a navegar estos nuevos mercados. Para hacer frente a esta creciente demanda, RSM está incorporando nuevas tecnologías disruptivas para proporcionar una visión basada en datos, que puede ayudar a las empresas a operar con mayor eficiencia y permitirles acelerar el crecimiento. El futuro es prometedor, y nuestros profesionales en RSM están adoptando la tecnología y el cambio. Siempre están ahí para apoyar a los líderes empresariales a lograr sus ambiciones en América Latina.

Retos en el camino

A pesar del entusiasmo por el futuro, existen retos que hay que superar en el camino. La inestabilidad política y social, la volatilidad de las tasas de inflación y otros retos económicos frenan el potencial de crecimiento de la región. Los nuevos líderes políticos en países clave, las normativas en constante cambio y las turbulencias económicas están mermando la confianza de los inversores en determinados países y obstaculizando la capacidad de algunas empresas para crecer como desearían.

El obstáculo más importante que veo para el crecimiento es la falta de disponibilidad de talento. América Latina cuenta con una mano de obra joven y preparada, pero la contratación y la retención tras la pandemia son más difíciles debido a la prevalencia del trabajo a distancia y al aumento de la competencia. Una empresa sólo puede operar dentro de su propia capacidad, y sin la posibilidad de aumentar esa capacidad, las empresas tendrán dificultades para crecer de manera significativa. Aún quedan muchas oportunidades que aprovechar, pero sin la capacidad de capturarlas, las empresas tendrán dificultades para mantener el ritmo. Es crucial que las empresas tengan una estrategia que invierta y desarrolle su talento, comprometiéndose con ellos y proporcionándoles una experiencia positiva como empleados. De lo contrario, se encontrarán con que la victoria a corto plazo de una contratación exitosa se enfrentará a una lucha a largo plazo al fracasar en la retención.

Los últimos años no han sido especialmente benévolos para América Latina, con la incertidumbre global derivada de las tensiones geopolíticas y la estela del COVID-19. Catástrofes naturales como inundaciones, terremotos y huracanes han golpeado duramente a la región entre 2020 y 2022, causando el 71% de las pérdidas económicas e innumerables vidas. Pero, a pesar de todo, la adversidad ha fomentado una cultura de resiliencia y agilidad. El turbulento entorno de la región no ha hecho sino fortalecer a los latinoamericanos y hacerles más capaces de asumir los cambios que se les presentan. Con cada obstáculo llega la comprensión, la experiencia y el crecimiento.

Con la cabeza en alto

En medio de la incertidumbre, América Latina está preparada para el crecimiento y el cambio positivo. Una de las tantas cosas que admiro de los líderes empresariales latinoamericanos es su capacidad de adaptación y su creatividad para superar los obstáculos del camino. A pesar de las dificultades persistentes, América Latina está preparada para un futuro apasionante. El potencial de la región para la inversión extranjera, los avances tecnológicos y el crecimiento en múltiples sectores aportan esperanza y oportunidades. Aunque todavía quedan algunos obstáculos por delante, hay muchos líderes empresariales que identifican la oportunidad de obtener una ventaja competitiva y tienen un ojo puesto en el premio.

Si estás interesado en saber más sobre las oportunidades de negocio en América Latina, ponte en contacto con nosotros.

 

Autora
Eilleen Turkot
Líder Regional de América Latina