Por RSM Canadá

La industria de la gestión de activos está experimentando un cambio profundo que sólo se ha acelerado debido a la pandemia de coronavirus. Muchas de las tendencias que influyen en la industria ya estaban en marcha antes del inicio de la pandemia, pero con el distanciamiento social, el trabajo desde casa y la comunicación bajo demanda incorporados a la mezcla, las empresas de gestión de activos deben adaptarse o arriesgarse a quedarse atrás.

Este es el top 10 de perspectivas a futuro que le darán forma a la industria de gestión de activos:

1. El impacto de la tecnología

¿Las empresas de la gestión de activos están posicionadas para el futuro con su tecnología actual? La pandemia ha destacado, y acelerado, el potencial de la tecnología para redefinir la industria. La automatización, el aprovechamiento de los datos, la obtención de información a partir de la analítica y la oferta de una experiencia personalizada al cliente son varias iniciativas que las empresas de gestión de activos pueden implementar en la carrera hacia un futuro digital.

Las implicaciones para las empresas que no siguen el ritmo son significativas y representan una amenaza existencial para su negocio.

2. Transformación digital y control de costos

Controlar los costos es una prioridad para asegurar la rentabilidad en el futuro. En muchos casos, esto va de la mano con la adopción de nuevas tecnologías que automatizan determinadas tareas que antes eran gestionadas por personas. También debemos reconocer el aumento incesante de la subcontratación: la noción de hacer lo que mejor se hace y dejar que otros hagan el resto.

El resultado final es un modelo de negocio en rápida evolución que permite a los administradores de activos controlar los costos y transferir los ahorros a sus clientes en un entorno cada vez más competitivo.

3. Liquidez y solidez del balance general

El entorno actual del mercado ha demostrado la importancia de la solidez del balance y los problemas de liquidez. Las empresas que ya eran sólidas financieramente serán las que puedan capitalizar las interrupciones en el mercado provocadas por la pandemia. ¿Lo positivo? Obtener nuevos negocios y aumentar la base de ingresos. ¿La malo? Se pierden oportunidades sin el capital para invertir.

4. Presión sobre las tarifas

Se le conoce como Race to Zero. Desde que los reguladores abolieron las comisiones comerciales fijas en la década de 1970, los administradores de activos y los corredores, en Canadá por ejemplo, han estado en una carrera incesante para reducir las tarifas. Los clientes de hoy tienen alternativas al modelo de negocio tradicional en la gestión de activos, que cobra tarifas como un porcentaje de los activos. Ahora, más empresas ofrecen a sus clientes la opción de que se les facture por horas o incluso que se les cobre una tarifa fija por sus servicios. Esto no incluye el aumento de los llamados robo-advisors, que cobran tarifas excepcionalmente bajas a cambio de servicios. El resultado: los administradores de activos deben demostrar más que antes su valor a los clientes.

5. Inversión activa vs inversión pasiva

Las bajas tarifas asociadas con los fondos administrados pasivamente, el atractivo de los retornos que dichos fondos han generado durante los buenos tiempos económicos y la incipiente recuperación desde fines de marzo de 2020 deberían continuar atrayendo más capital a los fondos negociados en bolsa y fondos mutuos administrados pasivamente. Esto ha llevado a un tipo diferente de inversionista, uno que es más joven y, a menudo, con menos experiencia.

Además, la búsqueda de rendimiento está derivando en un impulso hacia clases alternativas a medida que los inversionistas buscan formas de alcanzar los rendimientos esperados. Los administradores de activos que no pueden lanzar ofertas en otras clases de activos o ajustar las ofertas de productos existentes tendrán dificultades para hacer crecer o mantener los activos bajo una buena administración.

6. Cumplimiento regulatorio

Los asesores de inversiones registrados dedican cada vez más tiempo a temas de compliance y muchos dependen de un director del área o subcontratan estos requisitos a una empresa externa. Algunas consideraciones de compliance para el sector de gestión de activos incluyen riesgos tradicionales (incluido marketing, elegibilidad de inversionistas y tarifas), resultados de exámenes más recientes en gestión y negociación de carteras, valoración, custodia, uso de apalancamiento, capacidad de financiamiento, solicitudes de voto y consentimiento, mantenimiento de registros y cuestiones tecnológicas.

7. Ciberseguridad y riesgo

Muchos inversionistas asumen que sus datos permanecerán seguros y privados. Pero al igual que con cualquier industria, los administradores de activos deben contemplar la seguridad cibernética y la administración de riesgos de la información de sus clientes, así como también qué tantos efectos desastrosos pueden tener la falta de inversión en estas áreas en su negocio.

 La amenaza de una violación o pérdida de datos confidenciales de clientes y empleados puede ser un golpe brutal para la marca de un administrador de activos y la confianza de los inversionistas, junto con el riesgo de perder soluciones de inteligencia patentada y una ventaja competitiva. Si bien una infracción puede no resultar en un problema regulatorio, sí afectará la reputación y por lo tanto, el deseo de los inversionistas de continuar trabajando con el administrador de activos.

8. Invertir en activos digitales

A medida que los activos digitales son más aceptados en la comunidad de inversionistas, los administradores de activos reciben cada vez más solicitudes de sus clientes para incluir dichos activos en la combinación de inversiones.

Esto marca un cambio sorprendente con respecto a hace un par de años, cuando los activos digitales se consideraban el dominio de los estafadores y los delincuentes que acechaban en los rincones oscuros de la web. Pero a medida que se han mantenido en valor, muchos administradores de activos están encontrando formas de incorporarlos.

9. Medio ambiente, responsabilidad social y gobernanza

El aumento de la ESG (Environmental, social and governance) en la gestión de una empresa ha sido uno de los movimientos característicos de la industria de la gestión de activos. Las nuevas generaciones de inversionistas exigen cada vez más que su dinero se destine a inversiones que reflejen estas prioridades. Pero cumplir ese objetivo ha sido un desafío central para los administradores de activos, particularmente aquellos en el mercado medio.

10. Ir a lo grande o no ir

No es ningún misterio que realizar las inversiones para seguir siendo competitivo en el panorama actual de la gestión de activos requiere recursos importantes. Pero realmente no hay forma de evitarlo, los clientes exigen experiencias personalizadas que, en muchos casos, sólo la tecnología puede brindar.

Pensemos en la experiencia a la que se han acostumbrado cuando piden un producto de Amazon o ven una película en Netflix: es una experiencia altamente personalizada habilitada por la tecnología. La reunión anual con el cliente, una tradición apreciada en la industria de la gestión de activos, sigue siendo importante, pero los clientes exigen acceso a su información como ellos quieran.

De hecho, algunas encuestas muestran que, por primera vez, los bancos más grandes obtienen una puntuación más alta en satisfacción del cliente que los bancos más pequeños, precisamente porque han realizado la inversión en la tecnología que los clientes esperan.

Los administradores de activos en el mercado medio se enfrentan a una cuestión: ¿deben consolidarse o llegar a acuerdos con una empresa más grande para obtener acceso a los recursos que esas compañías pueden ofrecer, vender una participación minoritaria o no controladora para obtener acceso a una plataforma que pueda estar disponible en el mercado secundario, o deben intentar hacerlo solos? Cada vez más, la respuesta a esa pregunta se ha vuelto clara a medida que la industria continúa consolidándose.

Una reflexión extra

En medio de estos cambios significativos en la industria de la gestión de activos, las empresas que se mantengan ágiles y sintonizadas con las necesidades cambiantes de los clientes estarán en la mejor posición para tener éxito. En el cálculo de riesgo-recompensa de la industria, quienes no se adaptan corren el riesgo de quedarse atrás, mientras que las recompensas para quienes sí se adaptan pueden ser sustanciales.