El ciclo comercial está claramente más cerca de su final que de su comienzo. La incertidumbre creciente sobre la dirección de la política del Reino Unido (RU) a medida que se acerca el 29 de marzo de 2019, fecha límite para negociar una salida de la Unión Europea (UE), pesa sobre la economía británica. Las preguntas sin resolver sobre si el RU permanecerá dentro de la órbita de la UE o si operará en el exterior como una “Gran Bretaña Global” contribuyen a un entorno débil para la inversión y el consumo empresarial. Mientras que el avance hacia un tratado de libre comecio Estados Unidos- Reino Unido puede parecer contradictorio, dada la falta de respuestas a esas preguntas y el creciente proteccionismo de la administración Trump, ahora es el momento de comenzar a sentar las bases de dicha asociación.

Desde el referéndum del Brexit, las asociaciones comerciales activas en Washington, D.C., se han estado preparando silenciosamente para el día en que el Reino Unido y la UE resuelvan el tratamiento de terceros. Dentro de la autoridad política de los Estados Unidos el  comité de un tratado de libre comercio Estados Unidos - Reino Unido ya se ha formado y la administración Trump claramente ha manifestado entusiasmo por negociar un TLC bilateral.

La relación entre las dos economías y sus instituciones políticas y legales complementarias lo convierten en un movimiento natural. La inversión extranjera directa de Estados Unidos en Gran Bretaña hasta 2017 mejoró constantemente, alcanzando los $ 682 mil millones en 2016 antes de caer a $ 337.9 mil millones en 2017, principalmente debido a la incertidumbre sobre la dirección 25 económica del  Reino Unido  tras el  referéndum del  Brexit  de 2016. 

 

Inversión extranjera directa de los Estados Unidos en Reino Unido


PERSPECTIVA DE LAS EMPRESAS MEDIANAS:

En un momento de transición para la economía global, tendría sentido que Estados Unidos y el Reino Unido participaran en un acuerdo de libre comercio que coloque a las empresas medianas en el centro de ese tratado.


A pesar de la disminución de la inversión directa de los Estados Unidos, la relación comercial entre las dos economías sigue siendo sólida. El comercio de bienes entre los Estados Unidos y el Reino Unido ascendió a $ 119,9 mil millones en 2017, mientras que los servicios alcanzaron $ 71.2 mil millones. Por otra parte, los densos vínculos entre los sectores financieros de las dos economías, así como las fuertes relaciones entre ciudades como Chicago y Birmingham, Inglaterra, han fomentado alianzas comerciales profundas y duraderas en la industria pesada ligada a la base industrial de defensa en ambos países; esas alianzas ilustran que los países son más que aliados en el comercio.

Sin duda, la negociación de un acuerdo comercial entre Estados Unidos y el Reino Unido  no ocurrirá de la noche a la mañana. La discusión pública de que un TLC podría acordarse en cuestión de horas o semanas es contraproducente y no está ligada a ninguna realidad económica, financiera o política. Una dosis de la realidad es importante.

 

Exportaciones de Estados Unidos al Reino Unido

 

El mejor paralelismo sería probablemente el TLC Estados Unidos -Australia, que tomó 14 meses desde el inicio de las negaciones hasta el acuerdo y 22 meses desde el inicio de las conversaciones hasta la implementación. Con respecto a todos los acuerdos comerciales bilaterales que los Estados Unidos han negociado, la duración promedio desde el inicio hasta el acuerdo es de 18 meses y del inicio a la implementación es de 45 meses. Por lo tanto, los encargados de formular políticas a ambos lados del Atlántico deberían de comenzar a establecer el personal y los presupuestos adecuados para un período de negociaciones que abarcará al menos un período de dos años, con tiempo adicional incluido para compensar la brecha entre el final de las negociaciones y su implementación.


PERSPECTIVA DE LAS EMPRESAS MEDIANAS:

Una de las innovaciones en el comercio que no existía durante la época del TLCAN o de la Organización Mundial del Comercio es el hecho de que los tratados bilaterales de comercio de Estados Unidos establecieron exenciones especiales para las empresas medianas.


Las dificultades de negociación del Reino Unido son un secreto a voces

Es un secreto a voces en ambos lados del Atlántico que el Reino Unido se encuentra en una posición de negociación muy difícil. En caso de que Gran Bretaña salga de la Comunidad Económica Europea, tendrá que llegar a un acuerdo más rápido de lo que habría tenido que hacerlo para apoyar la actividad económica. Entonces, ¿cómo se puede llegar a un acuerdo mutuamente beneficioso?

Necesitan acelerar la cooperación entre el Grupo de Trabajo Normativo de Estados Unidos y Reino Unido antes de cualquier acuerdo de estatus final con la Unión Europea. Las discusiones sobre la armonización de la regulación de los servicios financieros deberían tener prioridad y avanzar en los próximos meses en el supuesto de que el Reino Unido salga de la órbita económica europea. Dado que los servicios financieros representan aproximadamente el 17 por ciento de las exportaciones del Reino Unido a los Estados Unidos y, a la inversa, el 21 por ciento  de las exportaciones de los Estados Unidos al Reino Unido, el ecosistema industrial natural requiere el inicio de las negociaciones.

En segundo lugar, es fundamental que las asociaciones comerciales de la industria en ambos lados del Atlántico se pongan a trabajar para expresar sus preferencias sobre la posible alineación comercial en sectores como la agricultura, los productos farmacéuticos, la tecnología y las telecomunicaciones.

En tercer lugar, si bien estas negociaciones serán difíciles y, en ocasiones, polémicas, las dos partes deben tener en cuenta que los beneficios de un TLC bilateral serán enormes. Al igual que en el TLC Australia - Estados Unidos, las inminentes conversaciones pondrán a prueba una relación especial de largo tiempo y ambas partes probablemente salgan lastimadas. De hecho, existe una gran probabilidad de que las negociaciones se estanquen en torno a las preocupaciones normativas y no arancelarias relacionadas con la ciberseguridad, la seguridad alimentaria a los organismos genéticamente modificados, el acceso a la información de las firmas de atención sanitaria de Estados Unidos y de la protección de la privacidad.

Una vez que se haya acordado un TLC, habrá más productos de agricultura provenientes de los Estados Unidos que estrellas en el cielo. Los precios de los alimentos caerán significativamente dentro del Reino Unido, y Escocia encontrará un mercado de exportación profundo y rico para su whisky y su carne Angus.

La integración lógica de los sectores de defensa y servicios financieros angloamericanos puede proceder. ¿Y qué hay del pollo lavado con cloro? Ha sido prohibido desde 1997 en la UE, pero ahora está recibiendo una gran atención en Gran Bretaña, ya que el Reino Unido considera sus opciones de importación de los Estados Unidos posteriores al Brexit. Contrario a la opinión popular, Estados Unidos tiene un suministro saludable de aves de corral orgánicas que pueden cumplir claramente con los estándares del Reino Unido.


PERSPECTIVA DE LAS EMPRESAS MEDIANAS:

Un riesgo para las empresas medianas sería una desaceleración del consumo en los próximos meses debido a los crecientes precios de importación en ambos lados del Atlántico.


Los beneficios de un acuerdo de libre comercio Estados Unidos - Reino Unido son bastante claros. Actualmente, la tarifa ponderada por el comercio para todos los bienes es del 2.7 por ciento y del 2.2 por ciento en los Estados Unidos. En agricultura, estos aranceles son 8.5 por ciento y 3.8 por ciento, respectivamente. Llevar estas tarifas a cero impulsaría la actividad económica y mejoraría los niveles de vida en ambas economías. El libre comercio es la solución y no el problema, algo que ambas partes del Atlántico harían bien en recordar para no perder una gran oportunidad económica que se encuentra justo en el horizonte.

 

Exportaciones de Reino Unido a los Estados Unidos