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Jay Schulman, Líder Nacional de Blockchain Services, RSM US


Mientras asistimos a las increíbles hazañas sobre la nieve y el hielo en Beijing, nos enteramos de nuevas innovaciones en los esquís, la ropa y el entrenamiento. Sin embargo, son las innovaciones en la Villa Olímpica las que tendrán un mayor impacto en los próximos años.

Durante los Juegos Olímpicos de Verano de 2008 en Pekín, los espectadores y los participantes llevaban papel moneda para comprar snacks y souvenirs. En cuestión de 16 años, China ha pasado de un sistema monetario basado predominantemente en el papel a un sistema monetario basado en Blockchain.

El viaje de 16 años desde el papel a Blockchain no tiene tanto que ver con la innovación tecnológica como con el cambio regulatorio y cultural. Dado que los países de todo el mundo tienen cuidado con las empresas que pueden transmitir dinero electrónicamente, China permitió a WeChat y Alipay, dos empresas tecnológicas dominantes, crear sistemas de pago dentro de sus plataformas. En poco tiempo, el papel desapareció y muchos pagos se liquidaron a través de estas dos plataformas tecnológicas.

A diferencia de comprar alimentos halal en las calles de Nueva York o una crepa en el centro de París a vendedores ambulantes que sólo aceptan dinero en efectivo en forma de papel, muchos vendedores en China tienen un código QR en su carrito, aceptando fácilmente los pagos electrónicos.

La adopción de aplicaciones de pago en toda China ha permitido a la mayoría de los ciudadanos dejar el dinero en efectivo y utilizar únicamente estas aplicaciones para realizar pagos, desde un viaje en taxi hasta el pago a su contador. Asimismo, muchas empresas registran una cantidad significativa de sus ingresos en efectivo a través de estas aplicaciones. Como viajero extranjero que aterriza en Beijing, es mejor tener instalado WeChat o Alipay que tener yuanes de papel en el bolsillo. Esta revolución cultural es la que ha permitido a China seguir avanzando hacia un futuro digital.

En el último año, el Banco Popular de China (PBOC) ha abierto el programa piloto del eYuan, una moneda digital del Banco Central (CBDC). Una CBDC es diferente de las transacciones a través de WeChat o Alipay, ya que se escriben en Blockchain en lugar de en la base de datos de una empresa tecnológica.

El Blockchain del PBOC se basa en los fundamentos del bitcoin y otros proyectos de criptodivisas, pero implementa el eYuan de una forma única que se ajusta a los objetivos del PBOC. Por ejemplo, un vendedor ambulante sin conexión a internet puede seguir recibiendo y enviando transacciones; éstas se ponen en cola hasta que se reanuda la conexión a internet.

Además, el eYuan no elimina a los bancos, sino que los convierte en el centro del funcionamiento del eYuan. Sólo los bancos pueden emitir eYuanes a sus clientes y deben mantener un yuan en el banco por cada eYuan distribuido a sus clientes. La mayoría de los gobiernos no quieren perturbar el sector bancario y este modelo sigue poniendo a un banco en el centro del sistema monetario.

Aunque el eYuan se está extendiendo gradualmente por toda China, incluso en los Juegos Olímpicos, el impacto se sentirá a nivel mundial. Tomemos como ejemplo un típico pago de la cadena de suministro mundial: utilizando la red tradicional de pagos bancarios SWIFT, ese pago de la cadena de suministro podría tardar unos días o hasta una semana en compensarse y acabar en un banco de China.

Sin embargo, con una transacción en eYuan, ese mismo pago viajaría por el mundo en pocos minutos. Con las cadenas de suministro ajustadas, una empresa en China puede enviar artículos en función de cuándo se reciba el pago.

Las empresas mundiales se darán cuenta rápidamente de que el mejor medio de pago para su proveedor chino podría ser el eYuan. A medida que la demanda de eYuan se desplace por todo el mundo, los bancos locales podrían tratar de apoyar a sus clientes permitiendo el cambio de eYuan por una moneda local.

Aunque la innovación pueda estar hoy en la Villa Olímpica, no es descabellado pensar que se pueda pagar una crepa con esta moneda digital en los Juegos Olímpicos de 2024 en París.