La inclusión tiene importantes beneficios en los negocios, desde una mejor toma de decisiones en la Junta Directiva hasta una mayor productividad de los empleados. En entornos verdaderamente inclusivos, las personas se sienten cómodas cuestionando el status quo; los individuos se sienten capacitados para expresar sus opiniones; y objetar los paradigmas existentes. En esencia, la inclusión implica la creación de una cultura en la que cada individuo se sienta valorado, respetado y capacitado para contribuir de manera significativa. Los lugares de trabajo inclusivos van más allá de la tolerancia; cultivan activamente un entorno donde las diversas perspectivas son bienvenidas y adoptadas como catalizadores del crecimiento y la innovación.

Al contar con una fuerza laboral donde todos los empleados se sienten cómodos para expresarse, las empresas se benefician al aprovechar una rica reserva de ideas y conocimientos que impulsan el crecimiento y el éxito sostenibles. La verdadera inclusión también es una parte central para establecer un sentido de pertenencia. Fundamentalmente, un sentido de pertenencia dentro de la cultura de una empresa puede aumentar la moral y el compromiso y fomentar la lealtad y el compromiso entre los empleados, lo que lleva a mayores tasas de retención y resiliencia organizacional general.

La inclusión es una práctica que se convierte en una mentalidad. Requiere un esfuerzo concertado para identificar y abordar las barreras sistémicas a la inclusión, así como un compromiso con iniciativas continuas de educación y sensibilización. Al incorporar prácticas inclusivas en las operaciones cotidianas y los procesos de toma de decisiones, las organizaciones pueden crear una cultura donde se celebre la diversidad y cada individuo esté empoderado para prosperar.

Para establecer una práctica de inclusión inspiradora, en la que cada persona pueda desempeñar un papel en la configuración de una cultura de pertenencia y respeto, existen varios comportamientos que marcan la pauta desde arriba:

1. Liderar con el ejemplo

El liderazgo marca la pauta para la inclusión dentro de una organización. Al buscar activamente comentarios y perspectivas diversas en reuniones y debates, los líderes demuestran un compromiso de valorar las contribuciones de cada individuo e invitar a comentarios y participación. Este enfoque no sólo fomenta una cultura de apertura y colaboración, sino que también anima a otros a seguir su ejemplo.

2. Modelar un comportamiento inclusivo

Modele un comportamiento inclusivo tomando medidas para defender el talento diverso y sirviendo como aliado de los grupos subrepresentados. Al apoyar y defender activamente las voces marginadas, los líderes pueden crear un entorno en el que todos se sientan capacitados para prosperar.

3. Fomentar la participación y el reconocimiento

Los entornos inclusivos priorizan la participación, la discusión y la exploración de perspectivas contrarias. Los líderes deben fomentar activamente tales comportamientos y reconocer a las personas que encarnan los principios de inclusión. Al recompensar las prácticas inclusivas, las organizaciones refuerzan el valor de la diversidad y crean normas donde se fomenta y se espera la inclusión.

4. Celebrando la diversidad

Abrace la diversidad celebrando las fortalezas y perspectivas únicas que las personas de diferentes orígenes aportan al entorno empresarial. Al fomentar una cultura de celebración e inclusión, las organizaciones pueden desbloquear más caminos hacia la innovación y la creatividad aprovechando la diversidad de pensamiento y experiencia.

5. Desafiar el status quo:

La verdadera inclusión requiere un compromiso para identificar y abordar las barreras dentro de la organización que pueden obstaculizar la inclusión. Para garantizar la justicia y la equidad para todos, los líderes deberían considerar desafiar el status quo examinando de manera proactiva los procesos y sistemas existentes, así como las subculturas y sistemas informales que tienden a surgir con el tiempo. Al abordar las brechas en el reconocimiento y la recompensa, las organizaciones pueden crear un lugar de trabajo más inclusivo y equitativo.

Una inclusión inspiradora puede tener un impacto positivo en la calidad de las decisiones y en el desempeño financiero y no financiero de una organización. ¡La creación de una cultura de inclusión empieza con la práctica decidida de un comportamiento inclusivo que comienza contigo!