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Candice Eaton Gaul, Diversity and Inclusion Leader en RSM International
Recientemente, en un evento social, me hicieron la típica pregunta: “¿Y a qué te dedicas?”, y en respuesta expliqué que la función que tengo en RSM International es liderar la diversidad y la inclusión.
En respuesta, me preguntaron inmediatamente si me cansaba de hablar de cuestiones relacionadas con el género, con la sugerencia de que tal vez el género se ha discutido durante el tiempo suficiente como para dejar espacio a otra cosa.
Mi respuesta fue que la igualdad de género debería seguir siendo uno de los principales focos de atención de cualquier estrategia de diversidad e inclusión, porque la desigualdad de género afecta aproximadamente a la mitad de las personas presentes en la sala, o al menos, a la mitad de las personas que estarían en la sala si la igualdad de género dejara de ser un problema.
Además, expliqué que, en mi opinión, si la igualdad de género no puede lograrse en las instituciones educativas, o en las comunidades, no la lograremos en los entornos empresariales, las industrias o los sectores públicos. Si la igualdad de género no puede lograrse dado que se aplica a la mitad de la población, ¿cómo podemos esperar tener éxito en la igualdad para los grupos minoritarios en otras áreas?
Para poner de manifiesto la brecha en materia de igualdad, planteo tres preguntas acompañadas de publicaciones e historias de interés periodístico a partir de 2021:
- ¿Cómo podemos esperar que las políticas económicas y sociales, así como los marcos que las hacen posibles, sean representativos de la mitad de la población si estas estadísticas son aceptables?
Ocho países eligieron a su primera mujer como Jefa de Estado o de Gobierno. Cabe destacar que cinco de los diez países más poblados, China, México, Nigeria, Rusia y Estados Unidos, nunca han tenido una mujer como Presidenta o Jefa de Estado. ONU Mujeres publicó que “A partir del 1 de septiembre de 2021, hay 26 mujeres que ejercen como Jefas de Estado y/o de Gobierno en 24 países.”
- ¿Cómo podemos esperar que las políticas y los marcos empresariales sean representativos de la mitad de la población si estas estadísticas son aceptables?
En 2021, el Gobierno alemán aprobó un proyecto de ley que exige a las entidades que cotizan en Bolsa que tengan al menos una mujer en su Consejo Administrativo, los Ministerios de Familia y Justicia de Alemania hicieron una declaración conjunta en la que afirmaban que la ley afectaba a unas 70 empresas. De esas 70 empresas, 30 no tenían ninguna mujer en sus Consejos Administrativos.
Del mismo modo, en el momento en que el Nasdaq publicó el requisito de que las empresas que cotizan en bolsa a través del Nasdaq debían tener al menos una mujer en su Consejo Administrativo, el 75% no cumplía este criterio. En otras palabras, de las 3,000 empresas que cotizan en el Nasdaq, sólo 750 tenían una mujer o más en su Consejo.
- Si llevamos años hablando de igualdad de género, ¿por qué las nuevas incorporaciones profesionales son tan desiguales en cuanto a la representación de género?
El Reporte Global sobre la Brecha de Género 2021 (Global Gender Gap Report 2021) por el Foro Económico Mundial perfiló estadísticas alarmantes en relación con las industrias y sectores nuevos y disruptivos. Las nuevas industrias y sectores suelen atraer a personas más jóvenes y altamente cualificadas. Parece haber una expectativa social de que estos sectores e industrias no tradicionales son más igualitarios desde el punto de vista del género, ya que no necesitan transformar la demografía ni deshacerse de una historia de desigualdad de género.
Lamentablemente, no es así. Parece que incluso las industrias y sectores más nuevos están lejos de ser igualitarios, lo que posiblemente indica que la desigualdad está muy arraigada y que los progresos realizados hasta ahora son insignificantes en comparación con lo que hay que conseguir.
Como ejemplo, el Reporte afirma que “en la computación en la nube, las mujeres representan el 14% de la mano de obra; en ingeniería, el 20%; y en datos e IA, el 32%.” Estas estadísticas sugieren una desigualdad profundamente arraigada en la sociedad y la educación, que los esfuerzos de igualdad hasta la fecha han tenido poco impacto en los jóvenes y en los que inician su carrera en los últimos 10 años.
El propósito del Día Internacional de la Mujer es servir de recordatorio de la responsabilidad que todos compartimos de denunciar activamente la discriminación por razón de género y cualquier otra discriminación injusta. Es valioso dedicar algún tiempo en este día a reflexionar sobre lo que esto significa y en qué hemos fallado como individuos, comunidades y sociedades en el pasado para poder corregir esos errores.
Hasta que las empresas logren la igualdad de género, todos debemos expresar nuestras preocupaciones y nuestro propio compromiso con la creación de un mundo igualitario. Juntos, podemos crear un entorno laboral más justo e igualitario. En línea con el tema de este año, todos deberíamos preguntarnos qué responsabilidad tenemos como individuos para ayudar a romper los prejuicios.
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