Carlos Cerdán y Laura Canut, socio y sénior respectivamente del equipo de ESG y Sostenibilidad, analizan el impacto de la CSRD (directiva de informes de sostenibilidad corporativa) en las empresas españolas. La nueva directiva europea marca un antes y un después en la forma de reportar el desempeño ambiental, social y de gobernanza, equiparándolo a la información financiera. En este contexto, la sostenibilidad deja de ser una opción reputacional para convertirse en un imperativo estratégico.
Avance desigual según tamaño y recursos
Los principales obstáculos detectados son claros.
- La disponibilidad y calidad de los datos ESG supone una primera barrera.
- A ello se suma la complejidad de las cadenas de valor, que dificulta la trazabilidad de impactos.
- También existe una falta de profesionales especializados que traduzcan los requisitos normativos a la práctica diaria.
- Otro reto clave es la adaptación tecnológica, que exige invertir en sistemas avanzados.
- Finalmente, los plazos ajustados dificultan la planificación ordenada de este proceso.
 
La sostenibilidad como oportunidad estratégica
Las empresas que logren integrar la sostenibilidad en su estrategia podrán mejorar la gestión de riesgos, fortalecer relaciones con los grupos de interés y acceder a nuevas fuentes de financiación.
Además, el proceso de reporte puede convertirse en una herramienta de transformación interna al fomentar la colaboración entre departamentos, la digitalización de procesos y la toma de decisiones.
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