Publicado en El Empresario en mayo de 2015

Dentro de los cambios en la matriz energética que se planificaron en Uruguay con el fin de diversificar el uso de fuentes de energía autóctonas y renovables, se encuentra la microgeneración enfocada a pequeños consumos de energía.

Este concepto de microgeneración de fuentes renovables (como son la energía solar, la eólica, la biomasa y la microhidráulica) es complementario al de generación de energía centralizada.

Los beneficios de la microgeneración de energía son la protección del medio ambiente, la disminución de pérdidas en la distribución, la promoción del desarrollo y capacitación; además de su uso eficiente teniendo conciencia del recurso que se necesita para generarla.

Instalando un sistema de microgeneración pueden ocurrir dos situaciones: que se genere la energía suficiente para abastecer su demanda total o parcialmente, o también que se genere energía excedente que luego se vende a la red eléctrica. En ese caso, UTE realizará un pago correspondiente al inversor que quede con un saldo positivo.

A través de la Ley 16.906 de Promoción de Inversiones y los Decretos 002/2012 y 354/009 para la promoción de generación eléctrica proveniente de energías renovables; es posible para el inversor acceder a importantes beneficios fiscales en el Impuesto a la Renta de Actividades Económicas, así como el Impuesto al Patrimonio y el Impuesto al Valor Agregado en las importaciones y en obras civiles, y en ciertos tributos que gravan la introducción de bienes al país.

Los proyectos de Inversión deben ser presentados ante la Comisión de Aplicación del Ministerio de Economía y Finanzas, y deben cumplir con una serie de requisitos formales de presentación y sustanciales en cuanto a las inversiones propiamente dichas; debiendo alcanzar ciertos objetivos puntuales.

Cra. Gabriela Montaldo

Socio Director de RSM