Actualizado en marzo de 2022.

Desde que se desencadeno la pandemia por el Coronavirus en marzo de 2020 hemos estado viviendo en una situación incierta y nos hemos enfrentado a diversas situaciones en las que tuvimos que tomar decisiones rápidas, que probablemente antes habíamos analizado en reiteradas oportunidades, y no estábamos seguros de implementar. En estos dos años desde que comenzó la pandemia hemos vivido diversos cambios en la forma de trabajar, la conectividad, el trabajo a distancia. Todas estas nuevas prácticas trajeron cambios en la forma de relacionarse con el equipo de trabajo, con los proveedores, con los clientes y nos vimos enfrentados a varios desafíos importantes. Por un lado, de estar continuamente adaptándonos a las nuevas circunstancias, reinventándonos en muchos aspectos y, por otro lado, tratando de ser el soporte de quienes trabajan con nosotros. 

En estos últimos años era muy común la movilidad internacional de los empleados entre diferentes países, lo que implicaba que las empresas estuvieran preocupadas en cumplir con las legislaciones de varios países donde se encontraban sus empleados desempeñando tareas. Las áreas de cumplimiento en las cuales se concentraban las consultas eran la de seguridad social, impuestos personales, leyes laborales, inmigración y protección de datos.

Hoy en día las condiciones a nivel internacional son variadas, algunos países continúan con  medidas para disminuir el impacto de la pandemia, otros han abierto las fronteras dependiendo del esquema de vacunación. Debido a que en ese período de pandemia los viajes internacionales por negocios se vieron reducidos, lo cual sumado al trabajo a distancia, implico que muchos de estos empleados que antes debían desplazarse a otro país para realizar un trabajo, puedan hacerlo desde su propia casa.

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Tributación internacional 

A raíz de esto cambios se generan conflictos en distintos aspectos que las empresas deberán tener en cuenta. Uno de ellos es la Tributación Internacional ya que de acuerdo a los tratados para evitar la doble imposición, las personas deben tributar impuesto a la renta en el país de su residencia pero puede suceder que también queden sujetos a impuestos en el país donde están prestando servicios. Estas normas pueden cambiar a raíz de la nueva normalidad y por ello algunos países europeos ya han tomado medidas para evitar consecuencias, como por ejemplo Bélgica hizo acuerdos con sus países vecinos para impedir que el trabajo remoto afecte el derecho a gravar en cada país.

Seguridad Social

Lo mismo ocurre desde el punto de vista de la Seguridad Social, la presencia física es muy importante al momento de determinar los aportes en uno u otro país. En la Comunidad Económica Europea existe una regulación específica para este tipo de casos y en países fuera de la comunidad habrá que analizar si existen tratados bilaterales de seguridad social. Algunos países europeos ya han tomado medidas al respecto, como por ejemplo Bélgica que estableció que el teletrabajo realizado por trabajadores internacionales en ese país no será tenido en cuenta para determinar el régimen de seguridad social aplicable.

Un elemento importante, y muchas veces olvidado, es el riesgo de una empresa con empleados trabajando en otro país, que la empresa constituya un Establecimiento Permanente en el otro país. Esto es algo que debe tenerse presente y realizarle el debido seguimiento de acuerdo a la  normativa del mismo.

Otro aspecto estrechamente ligado a considerar serían las Obligaciones de las Empresas en el país donde tiene empleados trabajando, como liquidaciones de sueldos y retenciones de impuesto a la renta personal. Esto puede originar una doble imposición, por lo cual siempre es importante verificar tales aspectos con un asesor local.

Ley Laboral

Por último y no menos importante, el cambio del lugar de trabajo implica que las empresas deberán analizar la Ley Laboral en el país donde están trabajando sus empleados para verificar cuáles son los salarios mínimos, el horario de trabajo, derechos de los empleados, seguro de salud y así evitar consecuencias inesperadas.

Las empresas deberán hacer foco en las nuevas regulaciones que puedan surgir a raíz de la pandemia en los aspectos mencionados anteriormente. Quienes dirigen las empresas querrán tener seguridad que todo se encuentra en forma correcta para poder dedicarse a hacer negocios.

En RSM contamos con soluciones informáticas que ayudan a organizar la documentación, datos de los empleados, el cumplimiento de la normativa, y el asesoramiento necesario en cada país.

Fuente: Webinar RSM - The future of mobility

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