por Natalia Tassino y Romina Palomeque.

En los últimos años, la salud mental y el bienestar de los colaboradores se han consolidado como factores estratégicos clave en el ámbito laboral. 

Cuando hablamos de salud mental no hablamos solo de ausencia de enfermedad, sino de un estado de equilibrio que nos permite disfrutar, relacionarnos, trabajar y afrontar los retos cotidianos. Es tan importante como la salud física.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada cuatro personas enfrentará algún problema de salud mental a lo largo de su vida, y la ansiedad y la depresión representan más del 50% de todos los casos. Tras la pandemia, los casos de ansiedad y depresión aumentaron en más de un 25% (OMS, 2022). En Uruguay, trastornos como la depresión y la ansiedad afectan aproximadamente al 10% de la población adulta, según el Observatorio Uruguayo de Salud Mental. Sin embargo, menos del 20% de quienes necesitan atención psicológica o psiquiátrica reciben asistencia oportuna.

Estas estadísticas evidencian que la salud mental es un derecho humano fundamental y un componente esencial del bienestar integral de las personas. En este contexto, las organizaciones tienen un papel crucial en la promoción de entornos laborales que favorezcan la salud mental y el equilibrio entre la vida personal y profesional.

RSM Uruguay: compromiso con el bienestar integral

Conscientes de esta realidad, desde el área de People & Culture de RSM Uruguay hemos implementado diversas iniciativas orientadas a promover la salud mental y el bienestar de nuestros colaboradores. Durante este año, lanzamos un programa de acompañamiento emocional, que ofrece espacios de conversación y contención individual y grupal, liderados por profesionales especializados. Estos espacios permiten a nuestros colaboradores gestionar el estrés, fortalecer su resiliencia y generar una cultura de apertura y confianza en torno a la salud mental.

Complementando este programa, realizamos talleres específicos brindando herramientas prácticas para manejar la ansiedad, el estrés y los desafíos del trabajo diario asi como promoción de hábitos saludables, fomentando la actividad física, la alimentación equilibrada y rutinas que contribuyen al bienestar integral. La participación activa y el entusiasmo de los equipos reflejan la relevancia de estos espacios para el día a día laboral.

La evidencia demuestra que cuando los colaboradores perciben apoyo en su bienestar integral, aumenta su compromiso, productividad y satisfacción, generando un impacto positivo tanto en su vida personal como profesional.

Invertir en el bienestar de los empleados no solo es una responsabilidad ética, sino también una estrategia empresarial inteligente. Diversos estudios han demostrado que las empresas que priorizan el bienestar laboral experimentan mejoras significativas en términos de productividad, reducción del ausentismo y mayor satisfacción de los colaboradores.

Cuidar la salud mental en el trabajo no es una tendencia, es una responsabilidad compartida. Y cada paso en esa dirección, por pequeño que parezca, hace una gran diferencia.