Muchas iniciativas para implementar innovación en las empresas se quedan por el camino o fracasan debido a la falta de agilidad de las organizaciones para ejecutar proyectos estratégicos. Con la adopción de un marco de gestión de proyectos ágil, se pueden reducir los tiempos en los que las iniciativas de innovación presentan resultados, logrando los beneficios esperados.

Si bien la implementación de la innovación a nivel corporativo no es un proceso que se deba llevar a la ligera ni de manera descuidada, es importante definir algunos mecanismos que permitan que las iniciativas aprobadas para la exitosa implementación se lleven a cabo de una manera rápida, donde se puedan ver resultados y que la organización empiece a engancharse y a comprometerse con todo el proceso de innovación.

Lo anterior teniendo en cuenta que muchas iniciativas se quedan simplemente plasmadas en la idea o se tardan en pasar de la idea a la implementación y a la acción lo cual transmite una sensación de fracaso y podría derivar en procesos no exitosos.

Acometer la innovación con procesos de gestión de proyectos bastante densos, complejos, y difíciles de gestionar van a impedir que la iniciativa sea exitosa.

Afortunadamente hoy contamos con alternativas para la gestión de proyectos que facilitan llevar a cabo porciones del programa de implementación de manera coordinada, participativa, metódica pero exitosa.

Nos estamos refiriendo a la gestión ágil de proyectos la cual provee técnicas y herramientas a las organizaciones para que mediante la participación de equipo pequeños, autónomos y flexibles en los que participen tanto usuarios como encargados de ejecutar los proyectos se puedan ir obteniendo resultados permanentes, en plazos cortos y con opciones de mejora de acuerdo con la retroalimentación que se reciba de los usuarios. Bajo este enfoque el trabajo se puede realizar por sprints que son fases cortas en los que se divide un proyecto para ir liberando versiones de la solución que la organización pueda ir probando, criticando, mejorando, adoptando.

La innovación no se puede hacer en aislamiento y por lo tanto al involucrar a la organización en general se deben buscar alternativas que agilicen el éxito del proceso y que impriman velocidad a la obtención de resultados. Por lo anterior la incorporación de metodologías y de proyectos para llevar a cabo proyectos institucionales de innovación son una gran alternativa para lograr resultados de manera eficiente, logrando mostrar los beneficios de manera permanente y recurrente.

Concluyendo, la adopción del agilismo es de por si ya una práctica innovadora que transforma de manera positiva a una organización. Si adicionalmente a todos los proyectos e iniciativas logramos enmarcarlos dentro de proyectos que sigan un marco de gestión ágil, se van a obtener resultados de manera dinámica, en plazos más cortos lo que deriva en una aceptación mayor a las iniciativas de innovación.