Son transacciones de la propiedad de empresa u organizaciones. Permiten a las organizaciones aumentar y reducir su tamaño y cambiar su posición competitiva, por lo que son un aspecto de la estrategia corporativa. 
Para ello es necesario un análisis en profundidad de las necesidades de la empresa y un planteamiento de las mejores opciones, es decir, ayudar a sus gestores a enfocar la estrategia en el corto, medio y largo plazo.

 

En el mundo, las empresas están en constante búsqueda por crecer no solo en ventas, share de mercado, utilidades o generación de dividendos, sino hacerlo también sosteniblemente. 
Lograr este objetivo en cualquier mercado depende, además de su posición respecto al entorno y de las capacidades internas, de una estrategia coherente que alinee estos factores en todos los niveles. 

 

Suele comprender la generación de una lista corta a través de criterios estratégicos y determina el punto de partida de las actividades posteriores de evaluación de targets potenciales. 
Suele ser el inicio de la negociación entre el comprador y el vendedor e inclusive el inicio de la estructuración de la transacción. 


 

 

Comprende las actividades de Due Diligence (comercial, financiero, legal, laboral o tributario). Durante esta etapa se refina la estructuración y se puede dar inicio a la planeación de la etapa de integración.

 

Se realiza el ajuste a la oferta a partir de los insumos de la etapa anterior. Se genera la negociación final y el acuerdo como cierre, lo que aprueba la transacción.